En el hospital, en una noche de verano del mes de agosto de 2017, fría y gris. Nos llaman desde la puerta giratoria, y nos dan la noticia, de que todo ha salido bien.
Una semana después, la infección nos hace temblar. De nuevo el nervio se adentra en nuestras entrañas. La espera es eterna, infinita…
La puerta giratoria se abre, y la luz infinita del que todos esperan, se cierra, comentando la doctora por segunda vez, de que todo está ok.
Mi corazón se detiene con la seguridad, de que a la segunda (no a la tercera) es la vencida. ¡Le doy las gracias a Dios! y esa misma madrugada, ya en casa y sin poder dormir, entro en el estudio y en una ráfaga de inspiración me hace componer una nueva canción (Delante) en menos de 15 minutos”.
Canción dedicada a mi padre, pero también a todas esas personas que carecen de un cierto optimismo, “porque de todo se sale, menos de la muerte”.